Buscamos fortalecer la gestión integral y la capacidad de conectar las capacidades de la institución en docencia de pregrado y postgrado, investigación científica y tecnológica y vinculación con el medio, con los desafíos de la zona en la que la Universidad Católica del Norte está inserta. Lo anterior con el fin último de ser agente de cambio en lo social, cultural y ambiental.

Avanzar en el desarrollo y complejización de la docencia y la investigación de la institución.

La Universidad Católica del Norte se ha mantenido dentro del grupo de universidades acreditadas por 6 años, alcanzando estándares en docencia e investigación que la sitúan en un nivel de excelencia. Este escenario se ha vuelto cada vez más complejo, imponiendo mayores desafíos tanto en la formación de estudiantes de pregrado y postgrado, así como en el ámbito de la creación de conocimiento y la cultura. 

Considerando que la formación de pregrado y postgrado es el propósito que da sentido al “Ser Universidad”, en este Plan de Desarrollo se reafirma la consolidación del Proyecto Educativo en términos de la profesionalización de la acción docente junto con el desarrollo y fortalecimiento de habilidades de investigación. El compromiso se enmarca en el desarrollo de un perfil académico más integral, es decir, profesionales que imparten docencia, investigan y se vinculan con el medio.

Vincular las capacidades institucionales de docencia, investigación e innovación con los desafíos del norte de Chile.

El contexto de mayor complejidad para la zona norte se presenta con el desarrollo sostenible de sus comunidades donde es crucial armonizar el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Dentro de los desafíos[1] en el ámbito ambiental, se destacan la protección de los ecosistemas y la biodiversidad, la escasez de los recursos hídricos, la disponibilidad de fuentes de energías renovables no convencionales y la producción limpia, la desertificación, la contaminación y el cambio climático. 

Dentro de las temáticas sociales más importantes de la zona norte, se destaca la integración social dado el impacto actual y futuro de la migración, la cual su incremento en Antofagasta triplica la media nacional. Otros aspectos relevantes son la alta concentración urbana en pocas ciudades, la significativa presencia de población perteneciente a pueblos originarios en Antofagasta y la condición de ruralidad en Coquimbo, el envejecimiento de la población, donde en Coquimbo la población mayor de 65 años representa el 11% de los habitantes. La salud en términos de la modernización, cobertura y descentralización y la educación en términos de su calidad, forman parte de la agenda pública, entendiendo esta última como la herramienta para el progreso y mejor calidad de vida.

El cuidado del patrimonio natural y cultural de las comunidades es otro gran desafío en la zona que con una riqueza natural, histórica y natural de gran valor requiere el fortalecimiento de la identidad de las regiones valorando las particularidades locales traduciéndolas en nuevo desarrollo que convivan con las distintas actividades como la minería, la agricultura, el turismo, la pesca y la acuicultura, entre otras.

Impulsar la actividad de investigación en la UCN, requiere de reconocer el entorno como una de las variables de alto impacto, es decir reconocer las oportunidades que el territorio ofrece y que orienta a fortalecer las capacidades de investigación en las áreas de Minería, las Ciencias de la Tierra, Astronomía, Ciencias del Mar, Ciencias Sociales con marcado acento en Antropología y Desarrollo Regional.

Fortalecer la capacidad de autorregulación y de mejora continua en todas las unidades académicas y de apoyo a la academia.

Las instituciones de educación superior (IES) enfrentan dos demandas en su labor:

  • cumplir sus propósitos institucionales y
  • cumplir las demandas de la sociedad en la que están inmersas, lo cual incluye no solo el mercado laboral, sino la comunidad académica y la sociedad en general. 

En este contexto la calidad de una institución es una medida del logro de la consistencia interna y externa. La primera, es el grado en que la institución, a partir de una comprensión compartida de sus principios y prioridades, identifica su entorno significativo, esto es, define el territorio en el que desarrollará su acción (las funciones que desempeña, los niveles formativos que ofrece, las áreas del conocimiento que cubre, el tipo de estudiantes que atiende) y los usuarios o grupos de interés (stakeholders) prioritarios para la institución. La consistencia externa, se refiere a la capacidad de la institución para auscultar y hacerse cargo de las necesidades y demandas que provienen de dicho entorno, que pueden ser disciplinarias, laborales, sociales, normativas u otras, según corresponda.

Con la Ley de Educación Superior N°21091 la acreditación institucional será integral y considerará la evaluación de la totalidad de las sedes, funciones y niveles de programas formativos de la institución de educación superior, y de aquellas carreras y programas de estudio de pre y postgrado, en sus diversas modalidades, tales como presencial, semipresencial o a distancia, que hayan sido seleccionados por la Comisión para dicho efecto. 

Las dimensiones de evaluación obligatorias son: a) docencia y resultados del proceso de formación; b) gestión estratégica y recursos institucionales; c) aseguramiento interno de la calidad; y d) vinculación con el medio; investigación, creación y/o innovación, ésta última de carácter voluntaria. Se establecerán criterios y estándares de calidad para los procesos de acreditación institucional, de acreditación de carreras y programas y de acreditación de programas de magíster, doctorados y especialidades médicas y odontológicas.

Para que la Universidad Católica del Norte mantenga una acreditación de excelencia se requiere que todas sus carreras y programas de postgrado cumplan con criterios y estándares de calidad, los que se referirán a recursos, procesos y resultados; así como también, el análisis de mecanismos internos para el aseguramiento de la calidad, considerando tanto su existencia como su aplicación sistemática y resultados, y su concordancia con la misión y propósitos.

Asegurar la sostenibilidad económica y ambiental de la Universidad.

El desarrollo sostenible tanto económico como ambiental de la Universidad ha sido un objetivo estratégico en los dos últimos Planes de Desarrollo Estratégico. En términos económicos, se detectan dos factores que pueden tener impacto financiero. El primero, relacionado con el estrecho margen operacional, si bien la situación financiera es estable, el incremento de los ingresos y gastos constituye un riesgo potencial para enfrentar los nuevos desafíos y contingencias; esto se ratifica como debilidad en el proceso de acreditación 2016. El segundo factor, se refiere a los cambios en la estructura de financiamiento de la Institución dada la Reforma del Sistema de Educación Superior, la cual obligará a adaptarse a los nuevos mecanismos de financiamiento.

En este contexto, la Universidad se enfrenta al desafío de absorber las diferencias entre lo que el Estado aporta por concepto de gratuidad y el costo real de las carreras. Además, deberá contar con estrategias de continuidad de estudios para estudiantes que han perdido la gratuidad por exceder la duración nominal de la carrera. La implementación de gratuidad que abarca al 37% (2018) de los estudiantes presiona a la Universidad a diversificar fuentes de ingresos y avanzar hacia una titulación oportuna para estudiantes con gratuidad. 

En el PDC 2015 – 2019, la Universidad incorporó dentro de sus objetivos específicos el avanzar en la sustentabilidad de los campus, mediante proyectos para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos de agua y energía y el manejo de residuos.  En este nuevo plan el “compromiso social y ambiental” se instaura como un valor siguiendo la Carta Encíclica Laudato Si, del Santo Padre Francisco sobre el Cuidado de la Casa Común, 2015 y se define como objetivo estratégico la sostenibilidad ambiental.